Como preparación para su donación, coma abundantemente y beba muchos líquidos.
La hidratación es importante antes y después de tu donación. Cuanta más agua bebes, más fácilmente se mueve la sangre por el cuerpo.
En los momentos previos y durante tu donación realiza algunos ejercicios sencillos de flexión o tensión.
Para proteger a los pacientes que puedan recibir su sangre, ésta pasará por una serie de pruebas para detectar varios tipos de infecciones, anticuerpos potencialmente dañinos y, por supuesto, para confirmar su tipo de sangre.
Luego, su sangre se separará en componentes, si es necesario, se empaquetará y se enviará a un hospital local, donde podría salvar la vida de alguien.